Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://berthambui619275.review-blogger.com/59986101/el-cabezazo-que-marcó-la-final-más-polémica